1. Nuestro corazón, sinopsis.
«Soy demasiado moderna»: Michèle de Burne, viuda de un
«varón brutal», ha tomado la «decisión de no volver a comprometer nunca su
libertad». Ahora es una de «esas elegidas que París adula» y en su salón
artistas y hombres de mundo se rinden ante ella, que «se conoce a sí misma de
maravilla porque se gusta más que nada en el mundo; y nunca se equivoca en la
forma de conquistar a un hombre». No se equivoca, en efecto, con André
Mariolle, un diletante que nunca ha sido nada porque nada ha querido ser, y
que, al conocerla, siente cómo se tambalean los principios de su vida
aletargada y todas sus expectativas de lo que debe ser el amor y lo que debe
sentir un corazón. Nuestro corazón (1890), la última y sin duda más moderna
novela de Maupassant, más que una crónica de amores mundanos, es el sagaz
análisis de una crisis de identidad masculina ante la revelación de una mujer
que ya no responde a los patrones de la pasión y del placer, sino que parece
encarnar «el comienzo de una generación» que deja atrás a los hombres. Sin
renunciar a su lenguaje de posesiones, caricias y sentidos embriagados, ni a su
prosa tan inspirada como inspiradora, Maupassant inicia un nuevo capítulo en la
historia de la literatura íntima que prefigura, con todos los honores, los
dilemas eróticos del siglo XX.
2. La opinión del club.
Este libro en general ha resultado, como decíamos, poco atractivo de leer. Hay un abuso claro de las descripciones y el personaje femenino está desdibujado; supuestamente es la protagonista de la historia pero no tiene más entidad que el símbolo que representa. El autor crea un estereotipo y no va más allá, quizá por eso no convence.
Es curioso que se hable de "erotismo" en la sinopsis porque en el libro no hay pasión en ningún momento. En cuanto al tono, empieza siendo un poco misógino (solo resaltando todo el rato la belleza de la protagonista, sin más entidad que eso, ser un objeto decorativo) para terminar dándose cuenta de que los hombres no han sido capaces de asumir el cambio por la independencia de la mujer que se ha producido en su época. Esto supone una crítica humilde al género masculino por parte del autor.
3. Guy de Maupassant.
Este francés es señalado como uno de los autores más representativos de su nación en el siglo XIX porque parece ser que sus cuentos eran de mayor calidad que esta pequeña novela. Fue discípulo de Flaubert y vivió en la capital francesa su época adulta, aunque falleció muy joven, apenas cumplida la cuarentena.
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